
Reflexión final:
“Hay una verdad universal a la que todos tenemos que hacer frente, tanto si queremos como si no. Todo finalmente termina. Por mucho que he esperado este día, nunca me han gustado los finales… El último día de verano…El capítulo final de un buen libro… Despedirse de un gran amigo. Pero los finales son inevitables. Las hojas caen. Cierras el libro. Dices adiós. Hoy es uno de esos días para nosotros. Hoy decimos adiós a todo lo que nos era familiar, todo lo que nos era cómodo. Estamos saliendo adelante. Pero precisamente porque nos vamos, y eso duele… Hay algunas personas que son tan parte de nosotros que estarán con nosotros pase lo que pase. Son nuestra tierra firme… Nuestra Estrella del Norte, y las voces de los pequeños claros en nuestros corazones que estará con nosotros… siempre.”
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Amigos, con esto, me despido. Todo tiene un final, y este ha llegado. Después de todo este tiempo, todas las actividades que he realizado, los baches que he pasado, las alegrías, las tristezas, puedo decir que he conseguido superar el curso, la asignatura.
Debo agradecer a todo el mundo que ha estado en mi camino durante el mismo. Tanto profesores como compañeros. Tras pasar por gimnasia rítmica, me he dado cuenta de todo lo que soy capaz de hacer. Soy capaz de bailar, de expresarme sin hablar, de hacer reír, de hacer que sientan cosas algo más tristes, de ser profesora, de organizar una clase yo sola, de perder la vergüenza, de realizar un baile en medio de cualquier sitio público y contagiar hasta la más mínima gana que tengan las personas de acompañarme a hacerlo.
Por ello, gracias. Gracias de verdad a la vida por darme la oportunidad de vivir esta experiencia. Esto no es un final, es sólo el comienzo de algo muy bonito. Algo que pienso ir forjando cada día, por que todo lo que he pasado va a ser parte de mí toda la vida.
Así que, atrévete a soñar, y sal de tu zona de confort.

